Género literario popular y anónimo, desde la roca de Altamira, el graffiti se remonta al usufructo de la escritura misma. Presente en las paredes de las ciudades, en recintos cerrados, el del baño público guarda sus peculiaridades.
Del amplio universo de los graffitis, aquí se recortan los hallados en los baños públicos y, de éstos, estrictamente aquellos reservados a las mujeres.
Son mensajes, ideas, fantasías, relatos, denuncias, preguntas de irónicas a desesperadas, que en conjunto componen los signos de una literatura desconocida y descentrada. Al mismo tiempo, constituyen un foro que denuncia espacios vacantes en la cultura formalmente institucionalizada.
Un lugar para el vacío, un espacio para la duda, un ritual para el género, una vía de circulación para saberes informales, una materialización literaria de la angustia.
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